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Las dos principales medidas que anunció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tienen un impacto mucho menos positivo de lo que se dejó ver ayer en el debate. Será escaso en el caso del recorte del Impuesto de Sociedades y negativo en la supresión de la deducción por la vivienda habitual. La eliminación de la desgravación fiscal por tenencia de una casa habitual no supondrá sino una fuerte subida fiscal que afectará sobre todo a la clase media. A partir de 2011, la mitad de los compradores de vivienda dejarán de disfrutar de esta atractiva reducción del precio de sus inmuebles, que les devolvía 860 euros por persona (más de 250 millones de euros al año) que se perderán para pasar a “otras políticas de vivienda”. El recorte de 5 puntos del Impuesto de Sociedades a las pequeñas empresas sólo les dará, como mucho, 16.533 euros, suponiendo que mantuviesen los altos beneficios alcanzados en 2005. Es decir, un incentivo menos atractivo para las cuentas de las compañías que el propio despido de empleados, y difícil de cumplir en pleno desplome de la actividad. Según los técnicos del Ministerio de Hacienda, la medida inmobiliaria anunciada ayer por Zapatero “supondrá un ahorro fiscal [a largo plazo] para las arcas públicas de 2.767 millones de euros que podrán destinarse a otras políticas”.
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