Wednesday, August 20, 2008

Cine y radio en el autobús: se acabó

Se acaba la proyección de películas y la audición de la radio en los autobuses públicos. Las principales patronales del sector del transporte interurbano de viajeros, Fenerbús y Asintra, han recomendado a sus asociados que quiten de los vehículos los aparatos para evitar las reclamaciones económicas de las sociedades de gestión de derechos de autor.

El desencadenante de esta decisión ha sido una reciente sentencia de la Audiencia de Zaragoza que ha obligado a tres compañías locales de transporte escolar a pagar un canon de 6.429 euros a la SGAE por la presunta utilización de sus aparatos de radio. La sentencia no entra a discutir sobre la utilización o no de la radio, y deja sentado, tal y como establece la ley hecha por el Parlamento a dictado de la SGAE y de su Ministerio de Cultura, que la mera tenencia del aparato «ya presume su utilización». Como el canon digital, que también lo pagan los autobuses cuando les instalan el DVD.

El sector del transporte, cansado de lo que califica de «continuo hostigamiento de las sociedades de derechos de autor», ha declarado que no negociará ningún acuerdo más con este tipo de entidades, que en número de cinco (la ley permite que se creen cuantas quieran los interesados y que cada una cobre lo que le venga en gana) sangran a las compañías de transporte de viajeros por llevar o usar un DVD o una radio.

El coste de entretener a los pasajeros, según el sector, es de 15.000 euros para la vida útil del autobús, cifrada en siete años, a razón de 1.249 euros por DVD y 312,6 euros por radio que cobra la SGAE; 631,60 euros al año que cobran AIE y Aisge; 127,93 euros mensuales que cobra Agedi, y 350 euros al año que cobra Mcpl.

Las patronales del sector de viajeros han decidido cortar por lo sano y dejar de entretener al viajero. Es una buena solución. Ahora se podrá disfrutar del paisaje, leer un libro o un periódico, charlar con el compañero de viaje. En fin, actividades enriquecedoras. Aquellos que prefieran escuchar música o ver películas lo harán en sus dispositivos personales, gravados ya con el también impopular canon digital, y eso que ganarán los restantes pasajeros.

Este ejemplo deberían seguirlo los demás consumidores de derechos de autor porque, como dice el refrán, muerto el perro, se acabó la rabia. En la era digital resulta chocante que el ciudadano no haya iniciado una rebelión contra los diezmos del lobby cultural y castigado con su voto a los partidos políticos que se han encamado con él.

-- Jorge del Corral en La Voz de Galicia.

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